sábado, 8 de diciembre de 2012

Teoria del color.

Cuando era chico, uno de los pocos placeres que tenía en nuestra limitada economía, era jugar con acuarelas; eran baratas y se conseguian en el bazar más cercano. Cuánto se puede entretener un niño jugando con agüitas de colores, más que pintar, recuerdo como me entretenía mezclando primero las acuarelas en agua, un solo color en cada vaso. Después era mi diversión mezclar estas aguas de color, para formar nuevos colores; era como un misterio, al mezclar varias, ver que color resultaba.
Los tonos oscuros eran los más fuertes, el agua con un tono claro, se enturbiaba con facilidad con ciertos colores. Mientras que para aclarar los oscuros, necesitaba mucha cantidad de un color claro. A menudo gastaba el blanco más rápido. Por ejemplo, también es más fácil teñir un cabello rubio de negro, que un cabello negro de rubio. Cuando era niño, fue uno de los grandes misterios de esa edad.
No era tan grande el misterio: los colores obscuros absorben la luz, los colores claros, la reflejan. El color obscuro, aunque en menor cantidad, absorbía incluso la luz reflejada por las particulas claras, que eran la mayoria.
Contagiar al mundo de amor, de paz, de bondad, es posible... y más en corazones transparentes. Luego nuestra alma también comienza a llenarse de ciertos colores obscuros, éstos,a pesar de ser minoría, parece a veces que se apoderaran de todo el vaso. Cambiar un corazón oscuro, y hacer que sus turbias aguas se aclaren, no es una tarea sencilla. Requiere cantidades elevadas de colores vivos, y tú no podrás hacerlo solo.... aunque te quedes vacío, es probable que no logres mucho.
Los vasos muy oscuros, dejáselos a Dios, él los limpiará y llenará de nueva agua.
Hay que empezar de nuevo a mezclar colores, hasta tener el tono que queramos, llénate de esos colores que necesita el mundo: Del color amor, del color paz, del color esperanza... esta época está muy oscura, necesita algo de color, de tú color y del mío 

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