Estamos
en una época, en que todo se vuelve obsoleto pronto: Si compras un
celular, a los meses ya está viejo. Hay personas que cuando terminan de
pagarlos, están a la mitad del precio que tenían al principio. La
tecnología, los softwares, traen varias "actualizaciones" al año. Las
redes sociales tienen un cambio vertiginoso, tanto que el messenger que
muchos usamos alguna vez, dejó de existir como tal, con solo años de
vigencia. Cuántas veces nos tenemos que ver obligados a cambiar algo de
nosotros, más que por daño, porque ya se volvió "caduco".
Esta vida tan vertiginosa, nos hace pensar a veces que todo es desechable, las relaciones son menos estables que hace varias décadas: Las amistades, los romances, incluso los lazos de familia... Ese cantante juvenil que hoy está en la cima, mañana ya no lo está. Pero hacemos más esfuerzo por adquirir cosas materiales que por reciclar esos lazos. La mayoría del tiempo, esperamos que nos llame esa persona con quien acostumbrábamos tener una bonita amistad.
Los "amigos" nuevos, se vuelven prioridad, los asuntos "nuevos" absorben nuestra vida; queda menos de lo "viejo", de las "viejas" costumbres de salir a comer con los amigos, o vagar sin sentido, un día común, sin ningún motivo en particular. Los amigos viejos eran como ese Nokia 1100 que era resistente a todas las pruebas, mas ahora está relegado a ese cajón olvidado de la memoria. Nuestros hermanos con los que jugábamos de chicos, esperamos que ellos nos llamen....
Qué triste que se hayan "modernizado" tantas buenas costumbres, que no se "recicle" lo viejo, pero bueno... Esos valores, las amistades largas, las relaciones de pareja duraderas, los eternos lazos de familia; que nunca se vuelvan viejos en nuestra vida, que sobrevivan por siempre a la modernidad, como aquellos árboles centenarios en una joven metrópoli.
Esta vida tan vertiginosa, nos hace pensar a veces que todo es desechable, las relaciones son menos estables que hace varias décadas: Las amistades, los romances, incluso los lazos de familia... Ese cantante juvenil que hoy está en la cima, mañana ya no lo está. Pero hacemos más esfuerzo por adquirir cosas materiales que por reciclar esos lazos. La mayoría del tiempo, esperamos que nos llame esa persona con quien acostumbrábamos tener una bonita amistad.
Los "amigos" nuevos, se vuelven prioridad, los asuntos "nuevos" absorben nuestra vida; queda menos de lo "viejo", de las "viejas" costumbres de salir a comer con los amigos, o vagar sin sentido, un día común, sin ningún motivo en particular. Los amigos viejos eran como ese Nokia 1100 que era resistente a todas las pruebas, mas ahora está relegado a ese cajón olvidado de la memoria. Nuestros hermanos con los que jugábamos de chicos, esperamos que ellos nos llamen....
Qué triste que se hayan "modernizado" tantas buenas costumbres, que no se "recicle" lo viejo, pero bueno... Esos valores, las amistades largas, las relaciones de pareja duraderas, los eternos lazos de familia; que nunca se vuelvan viejos en nuestra vida, que sobrevivan por siempre a la modernidad, como aquellos árboles centenarios en una joven metrópoli.
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